lunes, 22 de febrero de 2010

Sobre las tentanciones

Buenos días.

En el evangelio de ayer, el Maestro nos hablaba
de las tentaciones que tuvo cuando estuvo
cuarenta días en el desierto:
el poder, la idolatría y el apego a las cosas
materiales son tres ejemplos que el Señor
rechazó citando al mismo tiempo la palabra
de Dios para refutar esos ataques
que hacían directo a su corazón.

Es difícl rechazar lo que el mundo nos entrega,
todo aquello que llega ante nuestros ojos
y parece muy atractivo para satisfacer nuestros
deseos; pero... todo aquello que nos trae
felicidad pasajera podrá llenar la necesidad
de amor que realmente hace crecer nuestros
corazones?

Probablemente hemos recibido y disfrutado muchas
cosas que aparentemente nos hace felices;
pero también hemos apreciado todo aquello
que nace del corazón de Dios y pasa a través
de sus creaturas: un abrazo, la comida diaria,
una sonrisa, los rayos de sol, la capacidad
de aprender, nuestro trabajo, nuestra familia,
nuestros sueños alcanzados, nuestros sueños
imaginados, la oportunidad de escuchar y ser
escuchado...
un sinnúmero de bendiciones que por estar
ahí a diario, no valoramos y no cultivamos
por estar cegados por aquello que el mundo
nos entrega y no llena nuestra alma.

En esta cuaresma, el Señor nos invita a
hacer oración, penitencia y tener caridad
con todas las creaturas en el Universo
para acercarnos más a la felicidad verdadera
que se encuentra en su corazón:
un amor infinito y sin condiciones.

No hay comentarios: