Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea en tan preciosa belleza.
A Ti Celestial Princesa, Virgen Sagrada María,
Yo te ofrezco en este día, alma, vida y corazón.
Míranos con compasión, no nos dejes Madre Mía.
Amén.
jueves, 25 de febrero de 2010
miércoles, 24 de febrero de 2010
El Yoga es incompatible con el Cristianismo
Paz y bien.
A continuación relaciono un enlace con un artículo interesante sobre
el Yoga y el Cristianismo:
http://www.fluvium.org/textos/cultura/cul431.htm
A continuación relaciono un enlace con un artículo interesante sobre
el Yoga y el Cristianismo:
http://www.fluvium.org/textos/
lunes, 22 de febrero de 2010
Sobre las tentanciones
Buenos días.
En el evangelio de ayer, el Maestro nos hablaba
de las tentaciones que tuvo cuando estuvo
cuarenta días en el desierto:
el poder, la idolatría y el apego a las cosas
materiales son tres ejemplos que el Señor
rechazó citando al mismo tiempo la palabra
de Dios para refutar esos ataques
que hacían directo a su corazón.
Es difícl rechazar lo que el mundo nos entrega,
todo aquello que llega ante nuestros ojos
y parece muy atractivo para satisfacer nuestros
deseos; pero... todo aquello que nos trae
felicidad pasajera podrá llenar la necesidad
de amor que realmente hace crecer nuestros
corazones?
Probablemente hemos recibido y disfrutado muchas
cosas que aparentemente nos hace felices;
pero también hemos apreciado todo aquello
que nace del corazón de Dios y pasa a través
de sus creaturas: un abrazo, la comida diaria,
una sonrisa, los rayos de sol, la capacidad
de aprender, nuestro trabajo, nuestra familia,
nuestros sueños alcanzados, nuestros sueños
imaginados, la oportunidad de escuchar y ser
escuchado...
un sinnúmero de bendiciones que por estar
ahí a diario, no valoramos y no cultivamos
por estar cegados por aquello que el mundo
nos entrega y no llena nuestra alma.
En esta cuaresma, el Señor nos invita a
hacer oración, penitencia y tener caridad
con todas las creaturas en el Universo
para acercarnos más a la felicidad verdadera
que se encuentra en su corazón:
un amor infinito y sin condiciones.
En el evangelio de ayer, el Maestro nos hablaba
de las tentaciones que tuvo cuando estuvo
cuarenta días en el desierto:
el poder, la idolatría y el apego a las cosas
materiales son tres ejemplos que el Señor
rechazó citando al mismo tiempo la palabra
de Dios para refutar esos ataques
que hacían directo a su corazón.
Es difícl rechazar lo que el mundo nos entrega,
todo aquello que llega ante nuestros ojos
y parece muy atractivo para satisfacer nuestros
deseos; pero... todo aquello que nos trae
felicidad pasajera podrá llenar la necesidad
de amor que realmente hace crecer nuestros
corazones?
Probablemente hemos recibido y disfrutado muchas
cosas que aparentemente nos hace felices;
pero también hemos apreciado todo aquello
que nace del corazón de Dios y pasa a través
de sus creaturas: un abrazo, la comida diaria,
una sonrisa, los rayos de sol, la capacidad
de aprender, nuestro trabajo, nuestra familia,
nuestros sueños alcanzados, nuestros sueños
imaginados, la oportunidad de escuchar y ser
escuchado...
un sinnúmero de bendiciones que por estar
ahí a diario, no valoramos y no cultivamos
por estar cegados por aquello que el mundo
nos entrega y no llena nuestra alma.
En esta cuaresma, el Señor nos invita a
hacer oración, penitencia y tener caridad
con todas las creaturas en el Universo
para acercarnos más a la felicidad verdadera
que se encuentra en su corazón:
un amor infinito y sin condiciones.
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