Hoy me desperté con el anhelo de agradecer a todos los que de alguna forma han colaborado en mi camino: así que si lees este blog y alguna vez has por lo menos pensado en este pobre mortal,
te agradezco de todo corazón y le pido al Señor te envíe muchas bendiciones.
Cabe recordar que la amistad es un tesoro valioso que el Señor nos obsequia,
pero nos pide que lo cuidemos como Él cuida su amistad con nosotros.
Si alguna vez has ofendido a algún hermano en tu camino, es tiempo de ofrecer
disculpas y si se tiene la oportunidad, entregarle una oración y un abrazo.
Podemos matar a nuestro prójimo con las palabras y con las acciones, aún si ha hecho algo terrible con nosotros, no tenemos el derecho de maltratar su alma.
Por eso hoy, agradece todo lo que has recibido del corazón de un hermano hijo de Dios.
Jesús ilumine nuestros caminos.
miércoles, 30 de septiembre de 2009
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